Normalmente Malibú se asocia con playas, famosos y palmeras. No obstante, en esta vivienda situada en la famosa ciudad californiana lo que más llama la atención son sus puertas pivotantes. Este proyecto, realizado por el diseñador Scott Gillen y el fabricante de puertas Jeff Brothers, cuenta con siete puertas totalmente personalizadas.
Las puertas, de más de 450 kg de peso y 4 metros de altura, han sido realizadas con diversos materiales, que van desde la teca maciza al cristal. Por ello, cada una de las puertas planteaba sus propios desafíos en cuanto a diseño, fabricación e instalación. A pesar de las dificultades, las siete puertas quedaron perfectamente alineadas entre sí gracias a las dimensiones idénticas de sus intersticios.
Las ventajas de una colaboración a largo plazo
La 11.ª entrega de «Opening up» nos muestra la otra cara de Malibú. Nos adentramos en el mundo del diseñador Scott Gillen y del fabricante de puertas Jeff Brothers, que han colaborado en numerosos proyectos durante casi veinte años, logrando una armonía perfecta en sus trabajos.
En su último proyecto, se enfrentaron al reto de armonizar perfectamente siete puertas pivotantes consecutivas en una vivienda. En una reveladora entrevista, cuentan su proceso de trabajo, su pasión por las puertas pivotantes y todos los detalles de este maravilloso proyecto.
Experiencia en puertas por partida doble
Colaborar con éxito en 26 proyectos no solo requiere desarrollar una rutina conjuntamente, sino también perfeccionarla. Esto es evidente en el trabajo de Jeff Brothers, fabricante de puertas y propietario de B&B Doors and Windows, y Scott Gillen, diseñador y director de su propia empresa, Unvarnished.
Tras décadas de experiencia en el negocio, decidieron asociarse en un momento en el que Scott no encontraba un fabricante de puertas que tuviera las habilidades necesarias para hacer realidad su visión: «Quería un tipo específico de puerta, pero mi proveedor de puertas y ventanas me dijo que nadie fabricaba la puerta que yo estaba buscando. Después de preguntar varias veces, finalmente di con Jeff y él fue capaz de fabricar exactamente la puerta que yo quería.»
Transformar ideas en puertas
Scott siempre tuvo claro que las puertas que él tenía en la cabeza no estaban pensadas para el mercado general. Su concepto de la calidad y los costes asociados a esta, junto con su predilección por los materiales más exquisitos disponibles, consolidaba esta idea. Scott siempre ha tenido claro que había gente que buscaba algo más que puertas: personas que querían hacer realidad sus sueños y compartir una perspectiva única del producto terminado.
Este es otro de los pilares de la colaboración entre Scott y Jeff, que Scott describe como extraordinariamente armonioso: «No fabricamos puertas, fabricamos ideas. Yo le doy a Jeff un diseño, una idea, y Jeff siempre me dice que no va a funcionar. Sin embargo, luego se pone manos a la obra y es capaz de convertir esa idea en una puerta real.»
En consonancia con la integridad de una casa
Para Scott, la transición al diseño de puertas pivotantes fue bastante natural, ya que las casas en las que trabajaba también aumentaron de escala. «Adaptarnos a las proporciones de las casas era muy importante», señala Scott para explicar por qué acudió a Jeff cuando las dimensiones de sus puertas empezaron a crecer. «Scott sabe cómo concebir exactamente lo que quiere y luego darme los detalles. He aprendido a tomar notas y él me va indicando dónde quiere cada cosa para que al final todo encaje», señala Jeff describiendo el proceso de trabajo de ambos.
Poco después de comenzar la asociación, llegaron a un punto en el que la capacidad de carga de una bisagra convencional no era suficiente, por lo que tuvieron que encontrar una solución para las puertas más grandes. Hace ya ocho años que trabajan con las bisagras de FritsJurgens, que eligieron por su capacidad para sostener repetidamente diseños más pesados.
Una casa de Malibú como ejemplo del trabajo de precisión
Aunque todas las puertas de este proyecto demuestran un gran nivel de diseño y artesanía, la puerta principal es la que da la bienvenida a todos los visitantes. Esta puerta, fabricada con madera de teca maciza, tiene una altura de casi 4 metros y pesa más de 450 kilos. Jeff recuerda: «Hicieron falta diez hombres para colocar la puerta debido a sus dimensiones y su peso. Hay que tener en cuenta que la puerta no tiene tiradores, por lo que no hay nada a lo que agarrarse.»
Aunque las otras seis puertas de la vivienda plantearon retos similares, al final se consiguió el objetivo general de crear una sensación de armonía. «No hay ningún intersticio diferente a otro. Todos son idénticos en todas partes», señala Jeff. Un factor clave para alcanzar este nivel de precisión fue el uso de System M+.
Responder a los retos con precisión
Teniendo en cuenta las líneas limpias y el efecto de amplitud del proyecto de Malibú, es evidente por qué las puertas tenían que encajar con precisión. «Scott utiliza unidades de aire acondicionado en las que ya entra y sale aire de la habitación, por lo que no es necesario que haya un hueco. Llevo mucho tiempo fabricando todas las puertas que me pide con juntas y es la única persona para quien las hago», resume Jeff, destacando la cantidad de trabajo de planificación y precisión que requieren las puertas pivotantes.
En esta vivienda, el uso de juntas crea un entorno de mayor privacidad y evita la transmisión de ruidos. Además, el sonido al cerrar la puerta es suave y discreto.
Puertas pivotantes con un factor sorpresa
Al trabajar con el System M+, Scott y Jeff valoran mucho la práctica invisibilidad de la placa de pavimento, ya que está integrada en el suelo. Como son perfeccionistas a todos los niveles, también aprecian la rigurosa precisión que ofrece sin necesidad de ajuste. Sin embargo, System M+ no solo destaca durante la instalación, ya que es durante el uso diario cuando realmente marca la diferencia.
«Las bisagras se mueven muy suavemente. Cuando la gente ve el tamaño de la puerta, normalmente quiere probarla, así que la empujan, y es entonces cuando quedan impresionados», cuenta Jeff, compartiendo las experiencias de sus clientes con las bisagras de FritsJurgens.
